
El olvido selectivo a la memoria perdida siempre estará parado enfrente de nosotros con apetito de destrucción, como los mismísimos Guns and Roses con su herencia repleta de sabiduría con pinceladas pictóricas de euforia.
Él. Él me enseño a terminar con las cosas. Me enseñó a ponerle un punto y final cuando era necesario. Como a apagar "bien" un cigarro o poner fin a todos los susurros llenos de desdicha que me espiaban cuando yo era menos yo.
Ella. Ella me enseño a empezar y a volver a crear las cosas. Ella me enseñó que nunca "nada" queda destruido totalmente, que siempre queda alguna gotita de esperanza. Como luchar por lo que quieres, y si hace falta intentarlo 1000000 veces para cumplir tus objetivos, se hace.
Y yo aprendí a ser bipolar. ( a rematar y a reiniciar).
=)